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ARTICULOS DE NUTRICON ORTOMOLECULAR
Tomo I/ Año 1/ Primera Época
Director y Editor en Jefe: Lic. Nut. Miguel Leopoldo Alvarado.Seattle Washington, USA.

sábado, 27 de octubre de 2007

La nueva era de la medicina preventiva: la Nutrición Ortomolecular

La nueva era de la medicina preventiva: la Nutrición Ortomolecular
Por: Sandra Farré Schneider
DATOS DE LA AUTORA:
Nombre: Sandra Farré Schneider
Actualmente reside en la Republica de Chile.
Teléfono: 087102591, en Chile.
Skipe: nutriorto9.
 
Diversas organizaciones como la reconocida Organización Mundial de la Salud alertan sobre la situación de salud mundial caracterizada por el aumento en la incidencia de enfermedades crónico-degenerativas como es el caso de la diabetes, las enfermedades cardiovasculares, la artritis, el cáncer y el sobrepeso y obesidad.
 
Todos hemos sido testigos del incremento de la esperanza de vida en la mayoría de países desarrollados, cuyas pirámides poblacionales forman una pirámide invertida. No obstante, lejos de ser una ventaja, debemos trabajar en aportar una calidad de vida superior en esta etapa de nuestras vidas, caracterizada, actualmente, por el reinado de una deteriorada salud y un sufrimiento crónico. Es prioritario cambiar el concepto médico y no dar más años a la vida, sino dar más vida al paso de los años.
 
Si analizamos el modelo biomédico, este se basa en abordar la enfermedad desde la óptica de sus síntomas y signos clínicos con el fin de diseñar un tratamiento que module y/o suprima los mismos. La Nutrición Ortomolecular, en cambio, se basa en el conocimiento molecular y funcionamiento celular, así como en descubrir los motivos que pueden originar la pérdida del control celular y comportar los síntomas y signos propios de la enfermedad presente. De esta manera, la Nutrición Ortomolecular quiere atacar las verdaderas causas del trastorno y así aportar una salud óptima al organismo en general. En este estado supremo de salud y bienestar en todos los campos (emocional, psicológico y físico) el organismo está preparado para protegerse frente a las adversidades a las cuales se enfrenta día a día.
 
La Nutrición Ortomolecular nació el 19 de abril 1968 cuando el Dr. Linus Pauling utilizó ese término en un artículo publicado en el Journal Science. Se inició un nuevo enfoque de la nutrición en la salud y la enfermedad. El Dr. Pauling nació en Oregón (EUA) en 1901, en 1949 fue nombrado presidente de la Sociedad Química Americana y recibió el Premio Nobel en dos ocasiones: en 1954 le fue otorgado el Premio Nobel de Química por su labor en la introducción de la mecánica cuántica en la química atómica y en 1962 recibió el Premio Nobel de la Paz gracias a su lucha contra el desarrollo del armamento nuclear.
 
Linus Pauling es considerado el padre de la Nutrición Ortomolecular gracias a sus investigaciones sobre el efecto de determinadas vitaminas en diferentes enfermedades mentales. Utilizó el término "ortomolecular" con una intención clara: "orthos" significa "correcto" o "justo", de esta manera la definió como una terapia basada en mantener una buena salud y tratar las enfermedades existentes mediante la corrección de las concentraciones de las sustancias naturalmente presentes en el cuerpo humano, obteniendo así un nivel óptimo de las mismas.
 
A partir de ese momento, se sumaron otros científicos en la investigación de esta área innovadora de la medicina. Apareció el concepto de la Individualidad bioquímica por primera vez gracias a los químicos norteamericanos Robert y Roger Williams; se empezó a utilizar la terapia megavitamínica con vitamina B3 y vitamina C en la esquizofrenia en 1966 con los psiquiatras Hoffer y Osmond, y en 1971 se utilizó en enfermos con esclerosis múltiple por parte de los doctores Cheraskin y Ringdorf. En Europa, por otra parte, también destacaron excelentes profesionales como Catherine Kousmine, Jean Seignalet, Philippe-Gaston Besson, Luc Moudon y Claude Lagarde.
 
La Nutrición Ortomolecular es un admirable recurso de tratamiento en prácticamente cualquier patología, inocuo y con gran respeto hacia la naturaleza humana. Lo más importante a destacar es el reequilibrio de nuestras funciones vitales obtenidas, beneficio que nos permite gozar de la mejor salud posible, siendo esta nuestra mejor arma para prevenir enfermedades. No esperemos a tener que curarnos, comencemos ahora a prevenirnos.
 
Para llevar a cabo una eficaz medicina preventiva debemos investigar sobre los factores de riesgo de las enfermedades crónicas así como entender el proceso de envejecimiento.
El envejecimiento es un proceso basado, por una parte, en el factor genético y, por otra, en el factor ambiental, en el que debemos incluir el estilo de vida, factores emocionales, el estrés físico y mental, la contaminación ambiental y los importantes hábitos alimentarios.
 
Numerosas teorías intentan explicar por sí solas el proceso de envejecimiento, no obstante, es un fenómeno multifactorial y complejo. Mientras que la herencia genética influye en un 25% aproximadamente en la condición salud/enfermedad, los estilos de vida tienen una influencia superior al 50%.
Dentro de ese 50%, existen varios factores que aceleran el proceso de envejecimiento. En primer lugar, tenemos la exposición tóxica a toxinas de origen externo como los pesticidias, los plaguicidas, los aditivos químicos en los alimentos, los humos químicos y la contaminación ambiental. En segundo lugar, la producción de endotoxinas que principalmente se originan en el tracto gastrointestinal como nitrosaminas, amoniaco, ácidos biliares o metabolitos resultantes de productos animales. Por último, la producción de radicales libres como los superóxidos, hidroxilos, aldehidos y alquilos. Este último factor ha sido considerado una de las principales causas del deterioro de nuestra salud mediante el estrés oxidativo que comporta, el cual se ha relacionado con muchas de las enfermedades tan comunes en la actualidad.
 
La producción de radicales libres es un fenómeno normal y esencial para el metabolismo celular. Los radicales libres son productos reactivos del metabolismo formados por átomos con electrones impares en su última órbita, altamente reactivos. Ante su necesidad de volverse estables inician reacciones en cadena que lesionan estructuras celulares, causando mutaciones en el DNA (principal factor en el desarrollo del cáncer), daño proteico (relacionado con enfermedades del sistema inmunitario) y peroxidación lipídica (causante de procesos inflamatorios y degenerativos).
 
La mitocondria es la principal fuente intracelular de radicales libres. Entre un 2 y un 5% del oxígeno utilizado en el metabolismo aeróbico de la mitocondria se convierte en radicales libres.
 
 
La figura anterior muestra dos mitocondrias. La de la izquierda es joven y saludable, la de la derecha está envejecida por acción de los radicales libres generados.
 
 
Los complejos I y II absorben los electrones que provienen de los alimentos y nutrientes. Estos son transportados a la ubiquinona (coenzima Q), donde se genera el mayor número de radicales libres. La ubiquinona envía los electrones al resto de la cadena y al complejo IV, donde al interaccionar con el oxígeno se formará agua. Todo este flujo de electrones obliga a los protones (H+) a desplazarse hacia el complejo ATP Sintasa, el cual utilizará la energía de los protones para sintetizar ATP.
 
Cuando los electrones formados en este proceso salen de la cadena transportadora y se combinan con el oxígeno circulante se forman los potencialmente dañinos radicales libres.
Como hemos señalado anteriormente, estos radicales libres pueden dañar las proteínas, los lípidos y el ADN celular. El ADN mitocondrial sufre un mayor daño por oxidación que el ADN nuclear del mismo tejido. Es probable que sea más susceptible debido a que la formación de los radicales libres es en la propia mitocondria, además de tener en cuenta que  el ADN mitocondrial no está protegido por las histonas, unas proteínas que se unen al ADN del núcleo, y contiene una menor cantidad de enzimas reparadoras.
 
Con el tiempo, el daño mitocondrial comporta una disminución de la efectividad en la producción del ATP y un aumento de la generación de radicales libres. Estos acaban no sólo dañando el funcionamiento adecuado de la mitocondria sino también de otros orgánulos celulares y, por ende, de la función celular global, de los tejidos y de los órganos.
 
 
 
 
En la figura anterior vemos un corte transversal de una célula tipo. Podemos apreciar la doble membrana lipídica externa, las proteínas receptoras ubicadas en la misma, el núcleo con el DNA en el interior celular, la mitocondria con su DNA y algunas proteínas/enzimas en el citoplasma celular. Todas estas moléculas pueden dañarse por la acción de los radicales libres.
 
Los organismos vivos han desarrollado una serie de mecanismos a lo largo de la evolución para combatir los radicales libres y bloquear así sus ataques oxidativos. Existe un sistema antioxidante endógeno formado por enzimas como la superóxido-dismutasa (SOD), el glutatión-peroxidasa y la catalasa). Algunos animales como el hombre, son más longevos que otros, no sólo por tener un menor metabolismo basal menor y pequeñas tasas de oxidación, sino también por las altas concentraciones celulares de enzimas antioxidantes como la superóxido dismutasa (SOD).
 
Además de estas enzimas existen otros antioxidantes que incorporamos a partir de la dieta como es la vitamina C, activa en la fase líquida de la célula, o la vitamina E y el beta-caroteno, que protegen a la membrana celular gracias a su carácter lipofílico.
 
La mayor parte de los antioxidantes los conseguimos a partir de la ingesta de vegetales y frutas. Actualmente, debido al agotamiento de minerales en nuestros suelos, la recogida anticipada de productos sin madurar, el almacenamiento con refrigeración, el procesamiento industrial de los alimentos y nuestra propia preparación de los alimentos al cocinar hacen que los niveles de vitaminas, minerales, antioxidantes y fitoquímicos sean precarios y deficientes para alcanzar una óptima salud. Además, con el tiempo, nuestro sistema de protección antioxidante endógeno se ve perjudicado y se ha observado que la concentración de estas moléculas se ve disminuida. Aquí es donde interviene la Nutrición Ortomolecular, terapia que aporta soluciones naturales mediante la confección de una dieta saludable y el acompañamiento de vitaminas, minerales, extractos de plantas y otros principios activos altamente beneficiosos para la recuperación de nuestra salud. Mediante la incorporación de alimentos ricos en antioxidantes y otros compuestos fitoquímicos como frutas y verduras y evitando alimentos nocivos para nuestra salud como grasas saturadas y toxinas químicas, ya estaremos dando el primer paso hacia nuestro equilibrio. Además, los suplementos alimentarios existentes nos aportan un amplio abanico terapéutico que nos protege eficazmente contra el estrés oxidativo: tenemos los suplementos basados en vitaminas antioxidantes como la vitamina E, la vitamina C o el beta-caroteno; los minerales antioxidantes como el selenio, el manganeso, el zinc o el cobre; extractos de plantas con principios activos con función antioxidante como es el caso del Enzogenol (extracto de la corteza del pino de Nueva Zelanda: Pinus radiata); extractos de vegetales como es el caso del Indole-3-carbinol (molécula activa presente en las crucíferas); enzimas antioxidantes como la Superóxido-dismutasa (SOD) y otras moléculas beneficiosas como el ácido alfa lipoico (considerado el antioxidante universal).
 
Aunque se hayan identificado algunos de los factores clave del proceso del envejecimiento debemos tener en cuenta que existen otros muchos factores implicados que desconocemos, así como el efecto de la sinergia entre ellos.
 
Un factor interesante es el "reloj molecular", mecanismo mediante el cual las células tienen un número de veces limitado de replicación en los organismos complejos. En este mecanismo los telómeros (secuencias de nucleótidos sin función codificadora situados al final de los cromosomas) tienen un papel fundamental, ya que se acortan en cada división celular y se cree, que cuando se encuentran en un determinado nivel de acortamiento, se activan señales que detienen la división celular para dar paso a los procesos de envejecimiento celular. La molécula L-Carnosina aparentemente parece reducir el acortamiento de los telómeros y podemos incrementar la aportación de la misma mediante suplementos basados en esta molécula.
 
Hasta el día de hoy se conocen más de 100 genes que influyen en la longevidad. Aquí es donde entra en juego el efecto de los nutrientes mediante el fenómeno conocido como Nutrigenómica, que estudia la interacción entre la genética y la nutricón. Un buen ejemplo de ello es la metilación que se lleva a cabo en el DNA, ya que la incorporación de grupos metil en la secuencia genética permite a las endonucleasas reconocer las áreas que deben reparar y así evitar errores de transcripción. Se ha observado que la deficiencia de grupos metil en la dieta es carcinogénica, promoviendo la proliferación celular anormal, inflamación y degeneración. Los principales donadores metilos se llaman lipotrópicos y son el ácido fólico, la betaina, la vitamina B6 y B12 y los aminoácidos metionina y cisteína. La hipometilación está asociada con los efectos inflamatorios de la homocisteína, efectos que pueden corregirse con una dieta rica en alimentos protadores de grupos metil, así como también en un suplemento alimentario basado en una adecuada concentración de vitamina B6, B9 y B12.
 
Debemos tener en cuenta que los nutrientes funcionan sinérgicamente. El cuerpo humano es un sistema complejo, jerárquico e interactivo, cualquier cambio biológico afecta a los demás componentes del mismo sistema. Por esa razón es importante que el nutricionista conozca las interacciones entre las moléculas y poder así escoger las mejores formulaciones evitando provocar nuevos desequilibrios.
 
Un Nutricionista Ortomolecular debe examinar a cada uno de sus pacientes con curiosidad, con atención, con detalle y exclusividad. Cada individuo reúne una serie de características genéticas, bioquímicas, fisiológicas, que lo hacen único. No debemos encuadrarlos en una patología declarada, no debemos darle un tratamiento-tipo ya preparado. Debemos dar soluciones personalizadas para que se optimice la calidad de vida de esa persona en concreto.
Para estudiar al paciente de manera global necesitamos conocer una serie de datos que nos permitirán desarrollar una estrategia individual y apropiada, como el historial de salud de sus familiares cercanos, los trastornos patológicos y sus posibles causas, sus hábitos alimentarios detalladamente explicados, la exposición a diferentes fuentes tóxicas en su día a día, su actividad física, sus costumbres rutinarias, su estado de ánimo habitual y cómo le afectan sus emociones, la existencia o ausencia de estrés y en qué grado le afecta, y un largo etcétera. El diagnóstico se centrará en unos temas u otros según se vayan descubriendo los terrenos de salud más susceptibles o desequilibrados. La Nutrición Ortomolecular no sigue un patrón, no es una terapia mecánica, el nutricionista experto debe orquestrar sus conocimientos para aportar la mejor melodía terapéutica a su paciente.
 
Así, con una primera evaluación del estado de salud del individuo a tratar, elaboraremos una dieta personalizada que se encauzará perfectamente a las necesidades reales y carencias presentes. Junto a los nuevos hábitos alimentarios aportaremos una recomendación de suplementos alimentarios que optimizarán los resultados.
 
La Nutrición Ortomolecular es el camino que nos conduce a la conquista de nuestro máximo potencial de estado de salud, la tan anhelada salud óptima individual en un momento determinado de nuestra vida. Gracias a ella ayudaremos a nuestro organismo a eliminar las toxinas tanto de origen interno como externo, potenciaremos nuestra capacidad natural de autocuración y autorreparación de las estructuras celulares, incluido el tan delicado material genético, evitaremos las mutaciones y otras alteraciones que pueden conllevar a la irrupción del funcionamiento celular o a la apoptosis descontrolada. El envejecimiento es un fenómeno natural con el cual debemos aprender a convivir emocionalmente, pero no debe tomar las riendas de nuestro bienestar acelerando su proceso y dejando que se acompañe de un sinfín de enfermedades crónico degenerativas y el tan temido cáncer.
 
El nutricionista del mañana es un profesional basado en conocimientos científicos bien documentados y actualizados, consciente de la situación de salud mundial y especialmente preocupado con las necesidades de cada uno de los pacientes que se presentan en su consulta. Representa el eslabón entre la ciencia y la población, situación privilegiada que le permite otorgar uno de los presentes más preciados de nuestra existencia: salud! y para lograrlo debe utilizar el mejor pincel para crear esta obra de arte: la nutrición ortomolecular basada en la medicina preventiva.
 
"Si los médicos de hoy no se convierten en los nutricionistas del mañana, los nutricionistas de hoy serán los médicos del mañana" – Aleix Carrel, premio Nobel de medicina en 1912.
 
Sandra Farré Schneider


AHANAOA A. C.
Lic. Nut. Miguel Leopoldo Alvarado Saldana
Fundador y presidente.

NUTRICIÓN ORTOMOLECULAR


Método que utiliza dietas saludables y nutrición óptimas, individualmente planeadas.

Es el método científicamente determinado, más eficaz, para aumentar el vigor, promover y fortalecer la salud, recuperarla cuando ésta se ha perdido y para prevenir enfermedades.

Orto, significa correcto. La nutriología ortomolecular sostiene que la salud depende fundamentalmente de una alimentación y una nutrición óptimas. Que la salud puede ser reestablecida y/o fortalecida con una dieta saludable y un aporte individualmente planeado de nutrientes: carbohidratos, proteínas, grasas, vitaminas, minerales, aminoácidos, agua, fibras, oligoelementos, enzimas, coenzimas, fibras, fitoquímicos, y otras sustancias naturales, normalmente presentes en los alimentos naturales y en el organismo humano.

Entre otros, algunos de los principios que fundamentan la nutriología ortomolecular son: La contaminación del medio ambiente y la adulteración de la comida por los procesos de industrialización son las principales causas de la enfermedad. La nutrición óptima es la principal línea de abordaje terapéutico para corregir las alteraciones de la salud: una vez optimizado el aporte nutricional de manera individual, a nivel celular, las alteraciones metabólicas causantes de las enfermedades son corregidas. La individualidad bioquímica es una norma fundamental para establecer tanto un diagnostico, como un tratamiento. Las pruebas sanguíneas no reflejan necesariamente los niveles tisulares de nutrientes en los órganos, por lo que tienen poco valor diagnostico.



Cala H. Cervera

Cala H. Cervera
Escritora y colaboradora de nuestro sitio

Quien es Cala H. Cervera?


Desde pequeña sufrí de ataques de pánico, que en la adolescencia se convirtieron en agorafobia. Por circunstancias de la vida, a los 23 años me trasladé a vivir a Londres y fue ahí donde conocí el mundo de la nutrición ortomolecular.

A raíz de leer los libros de la escritora de temas de salud, Leslie Kenton, comencé a hacer cambios en mi dieta y pude experimentar en persona el poder de la alimentación. Eso hizo que me decidiera a estudiar la carrera de nutrición ortomolecular, en el Institute for Optimum Nutrition de Londres, con el objetivo de ayudarme a mi misma a superar mis trastornos de salud. Durante los años de carrera conocí mejor mi bioquímica, mis desequilibrios nutricionales, intolerancias alimenticias, falta de nutrientes y, en general, lo que mi organismo necesitaba para sentirse bien.

A los 32 años, al terminar la carrera, yo era otra persona y mi entusiasmo por mi propio proceso me animó a trabajar como terapeuta para poder ayudar a otros. Desde aquellos años, en que sufría de ataques de pánico a diario y apenas podía salir a la calle, hasta hoy, han pasado muchas cosas en mi vida. Sin embargo, lo que se ha mantenido siempre presente es mi entusiasmo, pasión y respeto por la nutrición ortomolecular.

Cala H. Cervera es nutricionista ortomolecular, diplomada por el Institute for Optimum Nutrition, de Londres (Inglaterra), donde cursó la carrera entre 1994 y 1997.

Durante un año se dedica a la investigación sobre la relación entre los ataques de pánico y la hipoglucemia reactiva, dando como resultado un estudio titulado "The Study of Reactive Hypoglycaemia as a Possible Factor for the Development of Agoraphobia". A través de este estudio, se dedica entre 1997 y 1999, a dar conferencias, en asociaciones relacionadas con ataques de pánico y fobias, para introducir este nuevo concepto sobre los trastornos de ansiedad.


En 1999 decide instalarse en Barcelona (España) donde abre su propia consulta y comienza a colaborar con revistas de salud como Vital, CuerpoMente, Integral, Natura Medicatrix, Natural, Info-Inca, Athanor... A través de sus publicaciones y conferencias, se convierte en la pionera de la nutrición ortomolecular en España.

En el 2000 es invitada por la Universidad de Santiago de Compostela (España) a impartir seminarios a médicos sobre nutrición ortomolecular, como parte de un programa de doctorado.

Ese mismo año publica su primer libro
"Nutrición Ortomolecular: Revoluciona tu salud con la medicina del Siglo XXI" , editado por Art Enterprise.

A partir del 2000 está dedicada a la investigación sobre la candidiasis crónica, su especialidad.
En 2002 es invitada a participar en el Primer Congreso Internacional de Nutrición Celular celebrado en Barcelona.

En 2003 publica el libro
"La Candidiasis Crónica" , y reedita su primer libro "Nutrición Ortomolecular: Revoluciona tu salud con la medicina del S.XXI" , ambos publicados por Robinbook.

En agosto de 2005 es invitada por el Colegio de Nutricionistas de Chile a participar en el VIII Congreso Nacional de Nutricionistas y 1º Internacional, en Santiago de Chile.

Actualmente, sigue escribiendo y trabajando en su consulta de Barcelona.